Si te pido que confíes en mí pero no te miro a los ojos y guardo demasiada distancia ¿Confiarías?, yo tampoco. Creo firmemente en el poder de las palabras y en sus maravillosos matices, sin embargo, estamos desarmados ante el poder del lenguaje del cuerpo y nadie mejor para traducirlo que el elegante trabajo de Robert Mapplethorpe.