Lo bello de la vida (cap 8) Amar -«El paseo, 1917» Marc Chagall

Llegó el momento, en estos días inciertos y un tanto grises, No podíamos estar sin ti, Marc

Cuando en 1906 se mudó de su pueblecito natal Vítebsk, a San Petersburgo, Marc Chagall se ganaba el pan pintando rótulos en tiendas ¡Quién tuviera alguno! y a la vez, empieza su formación en pintura en el taller del artista y arqueólogo Nikolái Roerich.

Gracias al interés que despiertan sus primeras obras consigue el apoyo de una serie de mecenas, como Maximo M. Vinaver, Diputado de la Duma (Parlamento ruso) que se erigió como defensor de los derechos de los judíos rusos y al que Chagall quiso como a un segundo padre. Fue precisamente gracias a Vinaver como el joven Marc consiguió una beca para estudiar en París, ciudad que había desbancado a Roma como centro del arte internacional y de vanguardia.

En París es testigo del ocaso del Fauvismo pero también del nacimiento del Cubismo, cuyas innovaciones plásticas va a aplicar a la pintura que hoy nos ocupa.

Por cierto, Picasso y Chagall mantuvieron un extraño duelo a lo largo de su vida, aunque en el fondo se admiraban. Me parece muy novelesca la anécdota que explica como Ida, la única hija de Chagall, y Claude, el hijo pequeño de Picasso, recibían el encargo de sus respectivos progenitores de ir a espiar el taller del otro artista «a ver en qué está trabajando ahora» y los niños se cruzaban por el camino.

Tras la beca en París, Chagall vuelve a Rusia, donde en 1919 asume la dirección de la Escuela Popular de Arte de Vítebsk. Muchos de los alumnos de esta escuela se acabarán uniendo al grupo Unovis,  fundado por el padre del Suprematismo, Kazimir Malévich, para explorar nuevos lenguajes hacia la abstracción geométrica en esa búsqueda de la supremacía del arte puro.

Volviendo a Chagall, su íntimo vinculo con su tradición judía le lleva en los años 30 a recorrer Palestina  para ilustrar la Biblia, dejando escenas de extraordinario lirismo para el arte sacro. A lo largo de su vida, Chagall, además de sus pinturas, emprende proyectos tan especiales como diseñar los decorados y el vestuario para representaciones de ballet como Aleko en 1942, un proyecto en el que Chagall trabaja estrechamente con su querida esposa Bella, a la que ahora conoceremos a través del video.

Toda la obra de Chagall surge y se impregna de un halo poético en relación con sus recuerdos infantiles y con la tradición folklórica rusa. Así hoy podemos disfrutar de su particular  universo, entre lo real y lo imaginado, que siempre nos transmite una visión amable y esperanzada del espíritu humano.

«Solo me interesa el amor, estoy solo en contacto con las cosas que giran en torno al amor»  (Marc Chagall)

Sin más,  te dejo con la obra, en menos de 10 minutos montamos un maravilloso pic-nic para celebrar «Lo bello de la vida a través del arte» 

 «El paseo, 1917» Marc Chagall

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