Cara a cara con la obra-Primeras impresiones
Más bien segundas impresiones. La primera vez que vi en directo la obra de Baltazar Torres (Figueira de Castelo Rodrigo, 1961) fue el día que le conocí en 2016. Me lo presentó en Puxa Gallery el crítico de arte Fernando Castro Flórez.
Aquella tarde, apenas tuvimos oportunidad de hablar pero su obra me abrió otro tipo de diálogo.
Allí estaba Baltazar, pues sus genuinas esculturas son precisamente su autorretrato. Con expresión algo distante a primera vista pero amable, muy amable en la conversación, y con su chaqueta cruzada, salto y seña de sus urbanos personajes de resina.
Aquel original guiño de autoría avivó mi curiosidad por el artista portugués que cuando aborda un tema, da la cara, con absoluta franqueza.
Ahora, por fin charlamos con tranquilidad, aquí tienes nuestra charla
– Baltazar, ¿Tu autorretrato en tus esculturas?
Con su propia voz. Si la mano es importante en un artista, como a continuación nos explica Baltazar Torres ¿Qué me dices de la voz?. La voz la es el alma de cualquier mensaje, de cualquier idea, y este faro sabe que #charlarconelartista nos enriquece a nivel de conocimiento técnico y estético, y más aún, nos completa a nivel personal.
Estos individuos que en sus esculturas se nos presentan en distintas actividades y con distintos atributos. Aluden a la complejidad que envuelve ciertos procesos sociales, el ritmo de la vida que nos hemos obligado a vivir, llena de encrucijadas, de objetos vacuos y obligaciones.
Por ejemplo, para Torres, la política, sea del signo que sea, lleva consigo un lenguaje lleno de zonas oscuras, en las que el ciudadano encuentra difícil obtener conclusiones.
Por otro lado, nos invade una falsa sensación de control. Creemos poder medir, evaluar y calibrar los procesos de creación, comercio y relación, y sin embargo, las estructuras y herramientas que diseñamos para controlar acaban controlándonos a nosotros, pesándonos demasiado.
Sus protagonistas (esos autorretratos que representan al hombre universal) no pierden la compostura pero están obligados a resolver una determinada tensión. La tirantez que les plantea el entorno, la ciudad que ellos mismos han creado.
Encuentro en sus esculturas una forma de ironía con la que conecto de forma natural.
Procura que tu espacio traduzca tu pensamiento
Las ciudades suspendidas de Baltazar Torres no tienen habitantes, pero sí hay personajes que parecen estar perdidos en ellas, peligrosamente apoyados en sus estructuras, sin hogar. El artista nos los presenta tapados con un saco de cintura para arriba.
Dentro de esos sacos se produce un dilema. Cada personaje podrían estar planteándose si huir de la ciudad o si merece la pena quedarse.
«Somos orgánicos» nos recuerda Baltazar Torres. Sin embargo, los espacios que construimos y habitamos nos obligan a moldearnos a sus lineas y normas, en lugar de ser la estructura la que se adapte a lo vivo, a nosotros.
¿Te suena? .. en el pasado, para abrir ciertos armarios tuve que coreografíar con mi cuerpo una danza imposible, una danza no deseada, que no fue diseñada para mi, sino para un muñeco.Eso era antes; Ahora, si la puerta se plantea complicada, directamente la dejo abierta, porque mi vida y la tuya, son demasiados valiosas como para someterlas a la tiranía de lo inerte.
Opina Baltazar que el ser humano pasa su vida midiendo y construyendo y tras ello, trata de huír de esos espacios artificiales porque le agobian.
¿Corremos el peligro de ser engullidos por esos habitáculos difíciles de habitar?
Ciudades, sean hogares o prisiones, la obra de Baltazar Torres me hipnotiza. Hay un espejismo de nueva Babilonia en ella.
Repensar lo establecido
Para el artista, las lineas de La Bauhaus no estaban pensadas para el hombre. Yo las encuentro elegantes pero comparto con Baltazar que incluso lo más innovador evoluciona, incluso lo que fue flexible se puede acabar solidificando y entonces se hace necesario el cambio.
Desde luego, La Bauhaus fue rompedora, pero no por ello tenemos hoy que sentarnos o dormir sobre ella.
«No deberíamos ser prisioneros de lineas y ángulos» explica Baltazar Torres, considerado por la crítica una personalidad relevante en el panorama del arte contemporáneo.
-¿Qué hacemos Baltazar? – y esta es su propuesta
–Crear espacios con dignidad, que respeten más al ser humano. Y también tener en cuenta que cultura y comercio en la ciudad, pero también en el campo y en zonas que nos ponen en contacto con la naturaleza a diario.
–Hablas de diseñar una vida más amable, Baltazar ¿Lo pueden hacer también los espacios expositivos? (desde mi últimos viajes a Florencia y Nueva York estoy convencida de que las formas de disfrutar el arte y los espacios que la contienen caminan en esta dirección)
No hay peligro en tocar, materia somos
Así que se trata de usar las manos, ¡Qué mejor que nuestras manos para comprender la realidad!
De vuelta a la ciudad- Baltazar hace del arte un ejercicio intelectual, pero no se queda aquí. Su obra se dignifica por su interés en la materia. Pensar, tocar, comprender, construir, mostrar, sentir, reflexiono mientras conduzco. Su obra es rotunda, cuando la contemplo, entiendo.
Entonces pienso en que el arte, como los seres humanos, debe hacer el ejercicio de revisar sus viejos valores y elegir cuáles son útiles para habitar plenamente el presente y cuales han caducado. ¿Estamos a tiempo de tocar el arte desde su materia prima? Intuyo que en ello estamos.
«Mirar, es ver la materia»
(Baltazar Torres, 2018)
Baltazar Torres no teme que el tiempo se le escape; él sabe que hacer lo que se ama te lo devuelve con creces. Estoy planeando hacer una visita guiada a una exposición suya en Puxa Gallery; Además de a museos, este faro, realiza visitas guiadas a Galerías de Arte de Madrid, porque si estamos vivos ¿Cómo no vamos a interesarnos por los artistas vivos? Ya sabes; Te espero