El artista francés Jean Fautrier representó los cuerpos mutilados utilizando materia espesa. Hermann Claasen recoge con su cámara lo que queda tras los bombardeos en la región del Rur. ¿Has visto alguna guerra pasar de puntillas? Una guerra siempre llega y se va a gritos, devastando y arruinando lo material y lo intangible, y lo intangible siempre es más difícil de recuperar, precisamente porque vale más. La guerra inyecta odio y miedo en los ojos y en las manos, y los artistas que la vivieron no volvieron a ser los mismos.
«Lo nunca visto. De la pintura informalista al fotolibro de postguerra 1945-1965» en la Fundación Juan March de Madrid hasta el 5 de junio, recorre el Informalismo Europeo a través de la pintura y de la fotografía. Esta es una muestra bomba en continua cuanta atrás, ¡cuidado con la metralla! a mi se me clavaron astillas de momentos que no he vivido, pero que están ahí, y que también son parte de mi historia…Esta exposición hay que verla, y si no estás en Madrid estos días, explorarla a través de la web de la fundación.
¿Qué pasó en 1945? Pues que los artistas ya no podían seguir creando al son de la misma balada, si cambiaba el orden mundial ¿Iba el arte a quedarse quieta? No, para esto no hubo anestesia.
Decía Primo Levi tras salir de un campo de concentración; » Estoy solo en medio de una nada gris y turbia (…) otra vez en el Lager y nada de lo que había fuera de Lager era verdad»
La bomba atómica, luz destructiva en aquel cielo de agosto, la apertura de Auswitch, de Mauthausen, con sus terribles escenas impresas en el aire, los testimonios de los supervivientes, los juicios de Nuremberg…dejaron un lienzo en tono desolado que los artistas solo se pudieron rellenar vomitando su rabia.
Pero ¿Cómo narrar lo que supuso la Segunda Guerra Mundial utilizando el lenguaje del pasado? Ya no era posible recuperar los paraísos perdidos, esta narración exacerbada pedía otro lenguaje. Pintores y fotógrafos cambiaron sus forma de interpretar el mundo. Cambiaron el óleo por la arena y los jirones de tela o saco y el gesto contemplativo por el violento. Crear se convirtió en una noche de San Juan perpetua, un baile frente al fuego para expulsar los malos espíritus, los malos recuerdos.
Este informalismo da lugar a un lenguaje que se deforma para crear nuevas formas, imágenes e ideas que ayuden al hombre de los años 40, 50 y 60 a transitar hacia el futuro, (Que en el ámbito político será la Guerra Fría y en el artístico el nacimiento y auge del Pop Art) ya sabes, sociedad de consumo y grandes carteles de neón, no olvides que Europa podía estar arruinada pero en Estados Unidos florecían los dólares.
Tras la guerra y el holocausto, solo los artistas podrían poner voz a la garganta seca de un mundo desolado por su propia falta de humanidad, y lo hicieron, como describe Jean Dubuffet sobre la nueva forma de crear:
«Ese óleo que chorrea , ese pincel poco empapado de color que deja una huella imprecisa, ese trazo que cae justo al lado del sitio exacto que pretendía el artista (…) Impedir esos azares privaría a la obra de toda su vitalidad»
Aunque los Informalistas americanos han sido más conocidos y divulgados, y aunque no debemos olvidar que más de 400. mil soldados americanos murieron en la Segunda Guerra Mundial, fue en Europa donde se produjo la gran herida. Bombardeos, saqueos, exterminios, y fueron los artistas del viejo continente los que pagaron la deuda de un mundo roto. Pavel Nesleha, Jan Kotík, Frank Auerbach, Fernando Zabel, Antonio Maura, Otto Steiner. Una lista de talento encolerizado, tan extensa como las almas que quedaron por el camino.