Leroy Grannis era el primero en llegar a la playa. Allí observaba el mar antes de que lo conquistasen mareas de adolescentes y jóvenes que encontraban en el surf una forma de independencia y aventura. El grito de libertad de aquella juventud de los años 60 sigue vivo a través de las fotografías de Grannis.
Sus imágenes van más allá de retratar un deporte. El trabajo de Grannis,a través de más de una década de surf, es un reto a lo «Wipe out» de Ventures, es un atarder con notas de «California Girls» de Beach Boys, es en definitiva, la iconografía del Surf internacional. Leroy puso en nuestra cabeza, (sobre todo en la de aquellos que no vivimos los 60) las imágenes y sensaciones del estilo de vida en torno a las Long Board (tablas clásicas largas)
Y esque ¿Qué puedes esperar de un hombre que nació en un lugar llamado Hermosa Beach? Pues las más bellas fotografías de surf, la crónica vibrante y luminosa de una época de modernidad y cambios sociales, en la que los jóvenes tenían mucho que decir y lo hacían dominando las olas, que era más fácil que lidiar con los viejos valores de sus padres.
Las playas de California y Hawai fueron sus sets de rodaje e incluso, el bueno de Leroy, llegó a a inventar con una caja de madera un sistema que protegía la cámara del agua y le permitía cambiar el carrete en plena sesión. Ah ¿Pensabas que Leroy solo sacaba fotos? ¡el también se subía a la tabla!
Antes de su aventura surfista, Grannis trabajaba en Pacific Bell, instalando paneles de control, El 1959 un problema de salud relacionado con el estrés le animó a buscarse un hobby para relajarse. Eligió la fotografía, y antes de llegar a publicar sus fotos en prestigiosas publicaciones de surf, Leroy las vendía en el garaje de sus casa por el módico precio de un dólar.
The New York Times reconoció su labor como difusor de la cultura del Surf, aunque los trabajos fotográficos de Leroy Grannis también se centraron en otros campos. Además existen numerosas publicaciones recopilando su obra. Magníficos libros que avivan las ganas de coger la tabla y emprender el Surfin´ Safari. El faro de Hopper, desde el que tantos surfistas se contemplan, quiere subirse a la tabla con Grannis y agradecer la frescura, originalidad y ¿Por qué no? las buenas vibraciones que siempre nos dan sus imágenes.
Muy pop