¿Llegaste a ver «Europa, Europa» de Agnieszka Holland? Es la historia de cómo Solomon Perel, un joven judío, escapa al exterminio nazi haciéndose pasar por ario. Cada fotograma de esta película es un viaje por el episodio más atroz del viejo continente. Pues bien, las imágenes de Garry Winogrand son la crónica viva de cómo el siglo XX forjó el caracter de América. Con sus esperanzas y desengaños, ambos revelados a través de momentos cotidianos que estaban haciendo historia.
Momentos de los que el audaz Winogrand se sintió más como un promotor, que cómo un mero testigo, cómo él mismo explicaba:
A veces siento como si […] el mundo fuera un lugar para el que he comprado una entrada. Un gran espectáculo dirigido a mí, como si nada fuera a suceder a menos que yo estuviera allí con mi cámara. (Garry Winogrand)
Pero, después de tantos años ¿Por qué volver al trabajo de Garry Winogrand? (hasta el 3 de mayo en la Fundación Mapfre) Porque él retrata la esencia de los cambios que dieron forma a nuestro mundo de hoy. Winogrand va más allá del auge del feminismo, hace parada en los vertiginosos bailes del marketing político, en la honda expansiva de la guerra de Vietnam, en la conquista del espacio y en la renovada pose de celebrities y «excentrilis», (personas anónimas que por su excentricidad acaban pareciendo famosas sin serlo). Además destaca su cómplice relación con las mujeres, pues Winogrand ve en ellas el alma del cambio, un templo de belleza y sabiduría que se expresa de forma natrural y brilla ante su cámara ( y en esto no seré yo quién le contradiga)
Esto me hace pensar en Degas, que aunque aparentemente retrató bailarinas, consiguió ir más allá y mostrar a las mujeres de París tal como eran. Resulta que con su innovadora mirada pictórica, tomada de la fotografía, Degas nos presentó a aquellas mujeres en su esencia. Sin pose, sin artificio, ya fuese trabajando, ensayando danza o descansando. Pero, exploremos un poco más…
Garry Winogrand trabaja al estilo del magnífico Robert Doisneau. Su habilidad para construir en segundos un relato complejo es el sello de un fotógrafo que maneja de forma brillante los encuadres. Volvemos a Degás, el impresionista componia sus escenas pictóricas con encuadres fotográficos, utilizando diagonales para introducirnos en la escena. Esta forma de afrontar el esapcio, sobre todo en escenas interiores, aportaban profundidad y realismo. Por eso sus ensayos de ballet son tan veraces.
Winogrand también compone en diagonales, a veces notablemente inclinadas, y esto aporta sensación de movimiento, de que la vida sigue, a pesar de la foto.
Pero en lo que Garry Winogrand es un maestro es en tomar de cada personaje aquel rasgo que mejor define su actitud. Son metonimias plásticas, metáforas de la complejidad de una persona traducido en una imagen. Winogrand no capta el instante aislado sino lo que perdura. Y volviendo a la pintura ¿Acaso no hacía esto Goya? Se me viene a la cabeza cómo el español retrata a sus amigos, como al ilustrado Jovellanos, y cómo se recrea en destacar los rasgos que lo hacen ser quién es. Revisar a Winogrand me hizo también pensar en otro grande de la fotografía, Helmunt Newton, que El faro de Hopper exploró en París. Ambos trabajan en blanco y negro pero la potencia expresiva de las imágenes que consiguen acaba tiñendo de color y actualidad la historia que nos cuenta. (Aunque Garry Winogrand es más espontáneo y Helmunt Newton trata de «engañarnos» con fogonazos de sofisticación)
Como anécdota, te cuento que Garry era un tipo alegre, activo, algo caótico pero entrañable, Mantuvo una especial amistad con Henrietta Brackman, editora que le animó a llevar sus fotos a diferentes editores para que seleccionasen las mejores bajo diferentes criterios ya que a Winogrand le costaba decidir. Una tarde Brackman le dijo: «Te encanta la foto por los recuerdos que evoca, pero ¿es verdaderamente una buena foto?» Y así, el inquieto Winogrand, aprendió a incluir en su pasión un nuevo parámetro: La serenidad, y se acostumbró a dejar reposar su material para revisarlo luego, con nuevos ojos.
Pero ¿Cuál es la imagen más curiosa de Winogrand? Una en la que se cruzan dos disparos ¿Qué cómo es esto? Te lo cuento en dos días en este mismo faro.
Deseando llegue la 2 entrega… Tenía que haber ido a esa exposición mientras estaba en Madrid!!
Faro, un placer seguirte.
Gracias Marta, tu blog The landwoman es una delicia, creo que la expo de Winogrand es tan buena que deberían prorrogarla
Hola Leticia!
me gustó mucho tu visión de las fotos de Winogrand, la vimos ayer y me sorprendió lo original e inquietante que es en su estilo. Para sus tiempos tuvo que ser bastante «rarito». me parece muy interesante la comparación con Degas….
enhorabuena por tu blog..ya he entrado un par de veces y me encanta
a ver si nos vemos la próxima vez en Madrid!
un abrazo grande
Monika Piszczelok