Si yo hubiese estado en la isla a cuya noche canta Pablo Neruda, si hubiese despertado con el fresco viento que describe, si hubiese dejado crecer en mi estómago la sensación de aventura, hubiese podido decir que el sol y la sal son motivo suficiente para estar vivo. Si yo hubiese estado en la isla …y estuve..podría decir, como ahora digo, que en más de una ocasión hay que sumergirse para seguir vivo.
Antonio Domínguez de Haro, encontró la vida después de la vida. Donde para algunos termina la aventura, en la superficie, para él arranca, en la profundidad. Explorando el audaz enfoque de su pintura, (flameante y húmeda) se renueva mi fe en que el universo en su complejidad crea belleza de las formas más sencillas.
¿Qué se siente cuando se bucea? Ingravidez, serenidad y sana tensión, pues nunca se baja la guardia. ¿Reflejan esta experiencia los insólitos paisajes de este artista de Almuñecar?
Domínguez de Haro se dedicó desde los 15 años a bucear y sacar a la superficie de sus lienzos la belleza de los paisajes submarinos. Este mundo orgánico al que el artista considera el principio de todo, pues en su filosofía, el mar es partícipe y testigo de la evolución humana, desde el comercio, hasta la ciencia, pasando por la poesía y el arte.
Pero ¿Pinta bajo el agua? no pero casi. Me llamó la atención su entrevista al diario Ideal de 1971, en ella Domínguez de Haro narraba cómo lo primero en su rutina artística era sumergirse, contaba con un bolígrafo especial para realizar anotaciones bajo el agua, y luego, al ascender, trasladaba sus bosquejos y toda la belleza vista al lienzo que tenía instalado en un barco con suelo de cristal. ¿Imagináis que maravilla? Pintar mojado, fresco, en un barco que te permite apreciar los colores y formas del jardín submarino.
Esta sería la versión naútica de lo que en el siglo XIX iniciaron los pintores de la Escuela de Barbizón, viajemos a 1848, época de revueltas sociales y de industrialización. Rousseau, Corot y Millet, entre otros artistas buscaron la inspiración directamente en la naturaleza. Entusiasmados por la obra de John Constable, sacaron los caballetes al bosque de Fontainebleau. Este espontáneo gesto de pintar al aire libre influiría en artistas más jóvenes como Monet y Sisley para convertirse en salto y seña del Impresionismo.
La Feria de arte contemporáneo Art Marbella acoge obra del artista que no deja indiferente a nadie. Sumergirse en la pintura de Antonio Domínguez de Haro es hacerlo también en su biografía. Incluida aquella casi fatídica noche del 31 de julio de 1990, en la que un terrible accidente de tráfico lo coloca de nuevo en la profundidad, aunque no en la que Antonio conoce y ama, sino en una de la que temió no volver. Afortunadamente logró nadar hacia arriba y tras una larga recuperación volvió al mar y al lienzo, eso sí, encendiendo al máximo sus colores. No en vano la vida cobra un nuevo valor cuando has estado a punto de perderla.
Úrsula Salvador, freelance art dealer, y la hija del artista, Isabel Domínguez de Haro, actúan como comisarias de la exhibición de Domínguez de Haro en Art Marbella y dan a conocer su obra por todo el mundo. Al granadino se le considera iniciador de la «pintura orgánica», y aunque en sus lienzos todo parezca levitar, para el artista el dibujo, es decir, la estructura, es el arranque fundamental de todas sus obras.
A finales de este año se inaugura un Museo en torno a su figura en Almuñécar así como una Escuela de Arte internacional. Bucear en el paisaje submarino de Domínguez de Haro es entrar en juegos de caleidoscopio que gozan de puntos de fuga desconocidos. Allí, a lo lejos, podría estar la inmensidad de un océano sin explorar, y en esto el mar funciona como el arte, como la misma voluntad de crear. Es de lo pocos misterios que el tiempo no marchita, que simplemente perduran.
Es un estilo relajante y puro, que limpia como las aguas cristalinas que inundan sus cuadros hasta convertirlos en oceáno.
Un saludo
Antonio me enseño el interior del mar en sus cuadros en mi niñez, descubri su encanto de colores y su vida. Hoy cuando podemos observar su puntual realidad en documentales de TV o reportajes fotográficos , me recuerda el magnífico trabajo pictórico de Antonio, su absoluto realismo y plasticidad , una AUTÉNTICA OBRA DE ARTE. Espero y deseo que el recogimiento de su magistral trabajo sea algo inminente.