Meses después de aquel juramento entre amigos, en casa de Dante Gabriel Rosetti, la conversación pudo ser tal que así:
–¡Repugnante! -exclama Rosetti tras servirse el té-
–¿Cómo dices, amigo? -reacciona William-
–«Repugnante»- es lo que pone en el Times
– ¡Jesus Christ! ¡Ciertamente el cuadro de John les ha impactado!
Aquel grupo de artistas, capitaneados por Dante Gabriel Rosetti, John Everett Millais y William Holman Hunt, se habían formado en la Royal Academy, habían sido instruidos por los pintores a los que ahora desafiaban. Los tres estaban abordando los venerados temas del arte con un enfoque radicalmente nuevo y nadie parecía estar dispuesto a darles una oportunidad. Al contrario, gran parte de la élite cultural de su tiempo estaba empeñada en destruirlos.
Hoy en «Lo bello de la vida través del arte» Vamos a explorar la revolución que supuso la pintura de la Hermandad Prerrafaelita.
Su historia nos recuerda que así como la tradición puede aportar estabilidad, también puede convertirse en una cadena que impida evanzar ¿Cuánto pesan nuestras viejas ideas sobre lo que es válido o no? ¿Estamos dispuestos a revisarlas?
En aquel momento, Inglaterra no lo estaba pero hoy seguro que tú sí, por eso vas a disfrutar este artículo.
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Este viernes, 24 de abril a las 18:30 comentaremos un cuadro de lo más sorprendente y aromático.
Habíamos dejado a los Prerrafaelitas siendo duramente atacados por la critica, ¿Por qué? ¿A quién habían ofendido? Sin más te dejo con la obra que desató el escándalo y enseguida te doy las claves.
«Cristo en casa de sus padres» 1850 John Everett Millais
En esta pintura de Millais, la Sagrada Familia aparece en el taller de San José. El joven Jesús se ha herido la mano con una astilla de madera y su primo (San Juan) le lleva agua.
La herida y la sangre son un presagio de la crucifixión, al igual que la escalera del fondo, pero para representar esta escena, Millais no incluye rompimientos de gloria, ni atmósferas sobrenaturales. Aquí la realidad es suficiente para mostrar un hecho santo.
En el suelo hay virutas de madera y nadie ostenta lujos ni está en éxtasis. A todos se les ve la piel enrojecida por el sol y sucia por el polvo de madera. Pero lo que más indignó a la opinión pública inglesa fue la imagen de la Virgen. El artista la representa como una mujer envejecida, delgada y humilde pero con gran gesto de ternura humana hacia su hijo.
«Esta obra es ofensiva en su fealdad» Charles Dickens
Soy fan de Dickens, y creo que sus novelas, en el fondo, comparten la honesta sensibilidad de los jóvenes pintores Prerrafaelitas, y sin embargo, Dickens fue uno de sus máximos detractores.
Si comparamos la obra de Everett Millais con «La Virgen de cuello largo» pintada por Parmiggianino vemos cómo Millais elimina de un brochazo aquella concepción irreal e idealizada que marcó el estilo de generaciones de artistas desde el Renacimiento.
Parmiggianino muestra un retrato solemne y distante, mientras que Millais presenta una escena real y acorde a la historia que el cuadro narra.
Los Prerrafaelitas estaban hartos de una pintura que solo continuaba «la maniera» (el estilo) de la pintura posterior a Rafael y Miguel Ángel, que aunque respetaban técnicamente, encontraban vacía de emotividad.
Los Prerrafaelistas consideraban a Rafael un gran artista, pero para ellos, lo inadmisible era que el estilo de Rafael se hubiese convertido en un dogma que estaba generando que la pintura , sobre todo la inglesa, fuese predecible, aburrida e impostada.
¿Por qué la composición de los personajes tenia que ser piramidal? ¿Por qué la luz debía impactar siempre en la figura principal del cuadro? Se preguntaban los Prerrafaelitas.
John Everett Millais, contradijo las normas clásicas de composición pictórica y plasmó en su obra los 5 principios que defendía el grupo Prerrafaelita:
1)Buscar una sinceridad emotividad
2) Trabajar el detalle al estilo naturalista cuidando la perfección técnica
3) Mostrar la escena pictórica con naturalidad
4) Esquematizar las referencias simbólicas
5) Eliminar la «idealización» que imponía la Royal Academy (Real Academia de Bellas Artes) cuyas clases tanto les aburrían (aunque en 1896, John Everett Millais llegaría a ser su Presidente)
Otro Prerrafaelita convencido de la necesidad de aquella renovación ética y estética es Dante Gabriel Rosetti, que además de pintor era poeta. Rosetti deja La Academia y empieza trabajar en talleres de pintores a pie de calle, más lejos de los salones y más cerca de la vida. Para Dante, la pintura debía reflejar las reacciones y sentimientos de los personajes sin ridiculizarlos.
Una de sus obras más directas y polémicas es «La Anunciación» ; En ella, Rosetti representa a la Virgen María como una joven retraída y asustada por la presencia de un extraño. Una escena íntima en la que María recibe la sagrada noticia en la quietud de su habitación. Rosetti no necesita elementos de gloria, sino la sencillez de aquel encuentro con el ángel que casi parece un ser humano, sin alas.
Otra de sus fuentes de inspiración fue la literatura, el arte gótico y la leyenda artúrica.
En «Ophelia», Jonh Everett Millais muestra la desdicha de su accidente en el río, su vida se va, la naturaleza sigue su curso sin alterarse, sin mostrarse perturbada por la muerte. Tal como sucedió en el texto de Shakespeare y como sucedería si la escena fuese real.
La modelo que posó para Millais fue Elizabeth Siddal y para inspirar al exigente John tuvo que pasar largas horas vestida flotando en el río, padeciendo el frío y el peso de las ropas mojadas.
No más vacas en la campañia
Otra de las espiraciones estéticas de la Hermandad Prerrafaelita centró el tiro en la renovación del paisaje. No olvidemos que buscaban la naturalidad, aunque ésta implicase desorden y contradicciones.
El escritor y crítico de arte John Ruskin, máximo defensor del grupo del artistas, hablaba así de la pintura que imperaba en aquella Inglaterra:
«Esas vacas pastando en un campo idílico, antes o después de una tormenta. Esas caras, que parecen a veces una burla de sí mismas, petrificadas o en éxtasis»
Cómo se ve en «Ophelia» los Prerrafaelitas quieren que la naturaleza deje de ser un decorado idílico para mostrarse real, sin drama ni emociones exageradas.
Respecto al retrato, y sin cuestionar el refinamiento del retrato inglés; La Hermandad Prerrafaelita buscó una naturalidad en ocasiones tierna, en ocasiones cruda a la hora de abordar el género.
La mirada se convertía en un elemento clave de conexión del retratado con la realidad, con el espectador, y sin embargo, a pesar de aparecer de en carne y espíritu, los retratos de la Prerrafaelitas parecen quedarse en un punto intermedio, entre la épica artística y la más sencilla cotidianidad.
Algunas de las obras más cercanas de Jonh Everett Millais son estos retratos de su hija Effie , con 5 años, asistiendo al sermón religioso
Londres no es precisamente un sueño, amigo
Cuando la Hermandad ya había revuelto las entrañas de la pintura religiosa, empezaron a retratar escenas y situaciones de la vida urbana de Londres.
¡Visionarios! pues en esto se adelantan una década a lo que luego harían los pintores impresionistas en París. Pero los Prerrafaelitas, además de pintar esas escenas, pretendían realizar una potente crítica de ciertas costumbres de su sociedad.
Como os comentaba, es curioso, que aunque Charles Dickens, criticaba duramente esta obras, en el fondo estaba realizando la misma transformación con su literatura. Dickens lo hacía con sus novelas de temática realista y social, que llevaban a primer plano a niños de la calle (Oliver Twist) y ponían de manifiesto las carencias de espíritu del hombre moderno (Cuento de Navidad ó Grandes Esperanzas)
En sus pinturas de temas sociales los Prerrafaelitas exploraron el papel de la mujer en su sociedad.
Dos ejemplos cargados de lirismo que escoden una crítica bestial son «Mariana» de John Everett Millais y «El despertar de la Conciencia» de William Holman Hunt
En «Mariana» Jonh Everett Millais explora la dependencia de la mujer del matrimonio.
La postura, la mirada y la mente que se quieren evadir, cruzar esa ventana hacia la libertad, pero ¿Dónde? pero ¿Cómo? Mariana parece llevar el peso de su espalda y de su alma en las manos. Desde la vidriera que contempla, el ángel Gabriel y la Virgen la miran. Es una pinturade estética gótica, pero que refleja una situación social común en la época del pintor…y tal vez en la nuestra.
Mientras, William Holman Hunt en su obra «El despertar de la conciencia» nos muestra una escena que parece de celebración pero que esconde precisamente eso, el despertar.
La joven del lienzo asume de pronto la realidad de la situación que vive. El caballero con el que está la mima y la protege pero no la ama tanto como para dignificarla socialmente., como para casarse con ella.
Holman Hunt no recurre a la pintura ambientada en el medievo, como hace Millais, sino que retrata una relación de su propia época. Ella estaba sentada en su regazo y de pronto se alza, se cae el guante, ella eleva la mirada y se da cuenta de que no quiere seguir siendo «una acompañante»
En el lienzo vemos a la chica por delante y por detrás, eso nos muestra que ella tiene un pasado y ya es consciente de que quiere dejarlo atrás, ¿Lo permitirá la sociedad en la que vive? El propio pintor, prometió matrimonio a la modelo que posó para este cuadro y nunca cumplió su promesa.
Los Prerrafaelitas tuvieron predilección por las mujeres de clase trabajadora, muchas de sus modelos fueron sus amantes. (Elisabeth Sidall, Anie o Fanie Cornforthunny)
En «Encontrada» una obra inacabada de Dante Gabriel Rosetti, el tema de la doble moral respecto a la prostitución callejera queda muy claro; Quienes la consumen son los mismos que la condenan.
Llegados a este punto, recapitulemos; Tenemos un grupo de virtuosos pintores que se han rebelado contra la tradición y a los que sus contemporáneos quieren dilapidar
¿Nadie va a defenderlos?
Sí, tras dos años observando, el influyente crítico, John Ruskin, eleva su voz para sumarse a la causa.
En su carta al diario The Times, Ruskin escribe:
«Estos Prerrafaelitas han cambiado las reglas de la pintura; Ellos suponen una renovación del arte como no se había visto en Europa desde hace más de tres siglos»
El respaldo de Jonh Ruskin animó a La Reina Victoria a solicitar que le trajesen a palacio esas obras que causaban tanto malestar y así poder juzgar por ella misma. Lo cierto es que tras haber creado el caos estético en el imperio, cada miembro de la Hermandad continuó con su propia evolución pictórica personal, eso sí, el cambio se había obrado.
Otro asunto, menos del lienzo y más de las hojas de sociedad, fueron las aventuras amorosas de estos artistas.
Por ejemplo, John Everett Millais se casó con Effie que primero fue esposa del crítico John Ruskin, que tanto había defendido al grupo.
Resulta que John Ruskin quería ser inmortalizado en las Tierras Altas de Escocia por su amigo John Everett Millais, y hacia allí partió, con su esposa Effie y con el artista.
Como el matrimonio de John Ruskin y Effie nací aguas por falta de encuentro conyugal, se dice que Ruskin evitaba al sexo femeninos a toda costa; Ella y el pintor entablaron una relación en sus largos paseos por el indómito paisaje escocés.
Effie se acabaría divorciando de John Ruskin, envuelta en un escándalo poco ventajoso para la mujer, tanto, que cuando John Everett Millais falleció, no se permitía a Effie acudir al funeral.
Fue gracias a una hija de la Reina Victoria, que ablandó en corazón de su soberana madre, como finalmente Effie ( con quien Millais había tenío 8 hijos) pudo despedir a su marido, ya considerado un gran artista inglés, en agosto de 1896.
Buen artículo muy completo, estupendo.
Gracias Mercedes, fue un placer explorar a la Hermandad
Muy buen análisis Leticia… me he convertido… I,m Prerrafaelita 😉
Muchas gracias y sigue con este nivel
Pues ya eres unos de ellos! Gracias por tu apoyo Javier
Que atrevidos estos prerrafaelitas. Enamorada estoy de esa Ophelia flotante. Recuerdo que en la pelicula Mr. Turner, el pintor mira con autentico desprecio el Mariana de Millais.
Este Turner, es uno de mis favoritos pero en fin, tenía su propio criterio y no es reprobable